El frío ya llegó a la ciudad y a muchos los ha agarrado de sorpresa. Este año más que nunca es necesario mantenerse abrigado para evitar contraer enfermedades que puedan reducir nuestro nivel inmunológico y volvernos más vulnerables al virus covid-19. Por ello, en esta oportunidad se presentará las dos telas más prácticas y esenciales para protegerse de este clima y conservar la salud: la franela y el polar.

La franela se ha hecho desde el siglo XVII e inicialmente fue hecha de lana. Sin embargo para el siglo XX, se comenzó a emplear el algodón. El tejido es suave gracias al algodón y a las fibras sintéticas. Su grosor y peso es medio, lo cual la vuelve una prenda con cuerpo, pero a la vez ligera. Su tacto es suave y cálido, por lo cual es ideal para protegerse del frío. El mantenimiento de esta tela es bajo, ya que no se arruga fácilmente y no necesita ser planchada. Las prendas que se fabrican con esta tela son poleras, casacas, pantalones y ciertas camisas.

El polar es un tejido de punto sintético, el cual se desarrolló para reemplazar a la lana. La tela es suave y con mucha profundidad. Está hecho normalmente de fibras sintéticas, pero a menudo se mezclan con fibras naturales como la seda para reducir la pelusa. La cualidad más notable del polar es su habilidad para aislar y resistir la humedad mientras que al mismo tiempo permite que el cuerpo respire. El polar combina la ligereza y la protección contra el frío. Es usada para forrar prendas de invierno y confeccionar pijamas.

Como ya se ha explicado estas dos telas son ideales para protegerse en la temporada de frío y mantener la salud óptima. Estas telas las utilizamos para fabricar las mejores casacas, pantalones y chalecos.